En medio de un impresionante despliegue de seguridad, con tanquetas blindadas y soldados con camuflaje de campaña y armas largas, la 41ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha aprobado hoy la llamada Declaración de San Salvador, que, en síntesis, encomienda a los Estados miembros del organismo hemisférico la realización de un plan de acción para el combate de la violencia y del crimen organizado trasnacional, que afecta gravemente a esta parte del mundo.
No es para menos. Latinoamérica vive una ola de violencia sin precedentes. El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, dijo al inaugurar esta asamblea que la violencia aumenta en la medida que crece la narcoactividad, que no respeta fronteras y que posee cuantiosos recursos -del orden de 100.000 millones de dólares, solo en el tráfico de cocaína-, frente a instituciones débiles y, en algunos casos como en Guatemala y en El Salvador, carcomidas por la corrupción.
Del El País
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