Manifestantes bloquean la vía este 27 de mayo de 2011, en la localidad de Desaguadero (Perú), frente a la entrada a Bolivia- EFE |
Bolivia vive desde hace más de 20 días la lacerante experiencia de su enclaustramiento debido a una protesta de indígenas peruanos que rechazan la contaminación minera de la cuenca lacustre binacional. Al menos medio millar de camiones aguardan el levantamiento de las medidas de presión de los manifestantes aimaras que ocupan un puente desde comienzos de mes. Hasta el momento se desconoce el número de vehículos que se encuentran en el lado peruano en tránsito a Bolivia.
Los pobladores de la región de Puno rechazan la concesión a la empresa minera Santa Ana en la franja de 50 kilómetros de la frontera con Bolivia, tanto porque infringe normas de su Carta Magna como por los riesgos de contaminación ambiental, según dicen sus líderes.
Los bolivianos afectados por el conflicto peruano viven momentos dramáticos debido a la falta de alimentos y agua, además por el frío intenso en esa región altiplánica a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar. La prensa local ha reflejado actos solidarios de compatriotas que han organizado colectas de alimentos, con la ayuda de los pobladores del Desaguadero boliviano, y los propios chóferes que están aprendiendo a cazar animales silvestres para poder comer.
El pedido de ayuda para que el Gobierno peruano pueda resolver el conflicto tendrá que esperar a los resultados de las elecciones presidenciales en el país vecino.
Del "El País"
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